La World Wide Web (WWW) cumple hoy 21 años. El espacio virtual que ha cambiado por completo el tejido del planeta tuvo su primer gran paso el 6 de agosto de 1991, cuando el informático Tim Berners-Lee puso en funcionamiento el primer servidor web de
la historia. Mucho ha llovido desde entonces, y la web es hoy una
herramienta utilizada por más de un tercio de los habitantes del
planeta. La fisonomía de la World Wide Web ha evolucionado en estos más de veinte años desde un diseño monolítico hasta un universo de posibilidades multimedia.
Se considera que el pistoletazo de salida de la WWW fue el 6 de agosto de 1991. En esa fecha el físico Tim Berners-Lee utilizó su ordenador NeXT Cube (curiosamente, como se nos recuerda desde El Economista fabricado por la empresa que fundó Steve Jobs tras salir de Apple)
como servidor web. Suya fue la idea y la ejecución de unir Internet con
el hipertexto, uno de los matrimonios mejor avenidos de la historia de
la tecnología. Pero el camino no fue fácil.
Berners-Lee no contó con muchos apoyos en su travesía. De hecho, trató de hacer llegar a expertos en Internet y el hipertexto la
idea de que era posible combinar estas dos tecnologías, pero ante la
falta de respuesta decidió llevar a cabo él mismo el proyecto. Contó con
la colaboración de Robert Cailliau, y juntos redactaron una propuesta formal para elaborar la World Wide Web. A finales de 1991, ya habían creado un servidor Web, un editor de páginas web y una serie de páginas web, lo que ya formaba de hecho la base de la red como la conocemos hoy en día.
El hecho de que esta herramienta naciera con la clara vocación de convertirse en un servicio abierto y universal provocó que su difusión fuera muy rápida, pasando de 26 servidores web a finales de 1992 a 200 en el año 1995. Desde el grupo de Tim Berners-Lee se crearon varios de los pilares que hoy en día todavía siguen siendo utilizados de manera global, como por ejemplo el lenguaje HTML (el lenguaje principal con el que se crean las páginas web y que actualmente transita por la revisión HTML5), el protocolo HTTP (hasta hace no tanto era necesario escribirlo siempre en la barra de direcciones del navegador) y las URL (las direcciones de los diferentes recursos de la web, entre ellos las páginas web).
A pesar del afán universalista de Tim Berners-Lee, es probable que el físico jamás se imaginara la repercusión que alcanzaría la World Wide Web
con el paso de los años. La última gran transformación que está
viviendo este entorno en estos momentos es el paso desde las direcciones
IPV4 a las direcciones IPV6 (las direcciones IP son como la marca de identidad de cualquier dispositivo conectado a la red). Pocos podían prever que las 4.000 millones de direcciones posibles con el protocolo IPV4 se agotarían algún día, pero el gran éxito de la Web ha provocado que en muchos puntos del planeta se hayan agotado ya estas direcciones y se haya hecho necesario optar por un nuevo protocolo.