Tras haberse levantado el telón, es inevitable poner sobre la lona al Samsung Galaxy S3 ante el iPhone 4S. A falta de que Apple enseñe sus cartas para la competición durante este 2012 —todavía no se conoce si se presentará el iPhone 5 en junio u octubre—, el iPhone 4S es el argumento más sólido con el que responder al nuevo gama alta de la firma surcoreana. No obstante, ¿es realmente el último manzanófono un rival digno ante la propuesta más avanzada de la compañía de Seúl? Echemos un vistazo a las prestaciones de uno y otro para ver si estamos ante una confrontación reñida.
Diseño y pantalla
Para gustos, colores. La distancia entre ambos terminales es
insalvable en este punto. Cada uno esgrime una propuesta diametralmente
opuesta a la del competidor. Si bien el Samsung Galaxy S3 apuesta fuerte y se convierte en el terminal Android con la pantalla más amplia —con permiso de su hermano, el Samsung Galaxy Note, que linda con la categoría de mini-tableta— gracias a sus 4,8 pulgadas. Apple se mantiene impertérrito año tras año en este sentido, y mantiene las clásicas 3,5 pulgadas que, sin embargo, desarrollan una concentración de 326 puntos por pulgada, frente a los 306 ppp del terminal de Samsung —que distribuye una resolución de 1.280 x 720 píxeles—. Los de Seúl sigue fieles a su tecnología Super AMOLED, que a tenor de la definición del panel se hace HD, al igual que en Note, integrando además matriz Pentile y la superficie protectora Gorilla Glass 2. El iPhone 4S, por su parte, no desarrolla la viveza de color del sistema de Samsung, aunque cuenta con buenas cartas en el caso de confrontarse en índices de brillo.
Los diseños también optan por direcciones opuestas. El iPhone 4S extiende la propuesta de su precedesor. Es decir: cubierta de cristal sujeta con una banda de acero. El conjunto aporta una sólida robustez. Samsung, por su parte, también sigue una línea continuista. La cubierta es de policarbonato, pero en esta ocasión, la sensación que propicia al usuario es de tener un terminal mucho más firme en la mano. De nuevo, el botón de inicio asiste a la fiesta, aunque con un toque algo más distintivo frente al resto de la gama Galaxy: ahora es más esbelto, describiendo una ligera forma trapezoidal. Tampoco faltan un par de teclas capacitivas a cada lado.
Conectividad
Aparentemente, ambos terminales estarían igualados en este apartado.
Pero no es así. Cierto que describen perfiles muy similares, pero el Samsung Galaxy S3 gana la mano integrando, una vez más, la posibilidad de lanzar una señal de alta definición mediante adaptador MHL —usando un pequeño accesorio conectado a la salida microUSB, podríamos conectar al teléfono a una pantalla plana mediante HDMI—. Además, también es compatible con el estándar DLNA. Pero no sólo eso. El Galaxy S3 también dispone de funciones NFC, pero de eso nos ocuparemos más adelante.
Por lo demás, ambos terminales llevan conexión HSPA+ —3G de alta velocidad—, Wi-Fi y Bluetooth. En el futuro, además, conoceremos una versión del Samsung Galaxy S3 con perfil de cuarta generación LTE. Por otro lado, también lleva el dispositivo de Samsung un sintonizador de radio FM, que como de costumbre, brilla por su ausencia en el iPhone 4S.
Multimedia y cámara
Como ya viene siendo habitual, Samsung no quiere pecar por defecto, y abre la horquilla multimedia de su gama alta, que permite reproducirlo prácticamente todo.
El perfil de formatos y compatibilidades en audio, vídeo e imagen es prácticamente perfecto,
de modo que podríamos ver películas en alta definición desde el
dispositivo, escuchar música registrada en cualquier tipo de archivo o
abrir fotos en soportes procesados de casi cualquier tipo. En el caso
del iPhone 4S, como es habitual, todo debe canalizarse a través de iTunes,
de modo que los formatos que no reconozca esta plataforma, no serán
admitidos en el teléfono —a no ser que recurramos al desbloqueo de la
plataforma, pero eso es harina de otro costal—.
La cámara, por su parte, sí que iguala a ambos dispositivos. Nos
topamos con un par de sensores retroiluminados que permiten capturar
imágenes con una resolución máxima de ocho megapíxeles, así como registrar vídeo en calidad FullHD. Los dos van acompañados de un flash LED y apuestan por la velocidad en el arranque y la captura entre imágenes como argumentos competitivos para enfrentarse al resto de móviles del mercado.