Uno de los puntos que se han criticado de Windows a lo largo de los años es la lentitud con la que se iniciaba el sistema, sobre todo en aquellos equipos con menos recursos. Parece que Windows 8 cambiará por fin esa tendencia, según se ha podido ver en la conferencia BUILD que está teniendo lugar estos días y que Microsoft ha aprovechado para presentar una versión preliminar de Windows 8. El nuevo sistema operativo tardará tan solo tres segundos en arrancar.
El truco está en que Windows aprovechará una capacidad de la hibernación. Cuando el usuario apaga el ordenador, se cierra la sesión pero hiberna la sesión del núcleo de sistema. Supone una cantidad muy pequeña de datos, pero lo suficiente para que el sistema se cargue en apenas unos segundos. También utilizará un modo de suspensión similar al de los móviles, de forma que las actualizaciones y algunas notificaciones del sistema se producirán en segundo plano, sin consumir casi energía, y laa vuelta a la actividad sea casi instantánea.
Microsoft también ha anunciado que dejará de lado la BIOS: La BIOS es el software mediante el cual se pueden cambiar las configuraciones base del ordenador antes de que comience el sistema operativo. Ahora lo sustituirá la EFI (Interfax Extensible del Firmware), una herramienta desarrollada por Intel que permite una mayor cantidad de posibilidades. Para abrir el programa bastará con apretar la tecla de Windows en el inicio.
Desde la EFI se pueden solucionar los problemas de Windows, resetear o limpiar el ordenador o arrancar el sistema desde el USB. Además, esta interfaz analiza las firmas de los componentes del ordenador (por ejemplo una llave USB) y en caso de detectar alguna corrupción o virus detiene el arranque del equipo. Sea como fuere, habrá que esperar a contar con una version definitiva de Windows 8 para comprobar la rapidez del sistema y la utilidad real de esta nueva herramienta.
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