En noviembre del año pasado, el FBI, con la ayuda de varios expertos y organizaciones, llevó a cabo una operación para conseguir el control del servidor de DNS Changer, una de las mayores amenazas del momento. Hasta entonces, los cibercriminales habían estado utilizando la red zombi para robar datos personales y financieros a los usuarios de Internet.
Desde entonces, las autoridades estadounidenses han estado controlando los servidores de DNS Changer para asegurarse de que no se utilicen para cometer crímenes. Sin embargo, esto supone una gran inversión de recursos humanos y económicos, por lo que un juez dio un plazo hasta el 9 de julio para desconectar el servidor de forma definitiva.
Los ordenadores infectados redirigen todas sus conexiones a través de los servidores de comando y control de DNS Server, por lo que, al desconectar estos servidores, la configuración DNS de más de 300.000 ordenadores infectados quedará obsoleta y los usuarios afectados no podrán acceder a los sitios de Internet a no ser que escriban las direcciones IP en la barra de navegación.
Las autoridades han estado anunciando el cierre de este servidor por
meses, pero aun así todavía hay cientos de miles de usuarios que no
están listos para el cambio. La empresa de seguridad BitDefender dice
que muchas organizaciones gubernamentales y grandes compañías de Fortune
500 siguen infectadas por esta amenaza. Aun así, los analistas de
F-Secure creen que la amenaza afectará principalmente a empresas
pequeñas y medianas.